1
Habla mucho con el Señor en la oración.
Si quieres experimentar a Jesús presente en tu vida, necesitas tiempos para dialogar con Él y ponerte a la luz de su Palabra. María del Tránsito te da un hermoso consejo: "ponte en la llaga del costado de Jesús todos los días y verás que de allí sacas la fuerza que necesitas.." El encuentro cotidiano nos hace falta para serenarnos, reavivar la fe, celebrar la vida, interceder, ponernos en manos del Padre. Es haber encontrado el camino del corazón que busca ser habitado por Dios.
2
Descubre que la mano de Dios está siempre contigo.
María del Tránsito te invita a usar los ojos espirituales y poner en práctica lo que se llama "la mirada de fe". Es la que te hace descubrir la presencia providente y amorosa de Dios en el camino de tu vida. Al terminar el día y recordar los acontecimientos vividos di como ella: "veo visiblemente que el Señor me bendice y me hace crecer en virtud".
3
Que el Divino Amor sea el móvil de nuestras acciones.
María del Tránsito te hace una propuesta maravillosa: ser un signo del amor en el mundo de hoy. Deja que el amor de Jesús te habite de tal manera que lo lleves en el corazón, en los ojos, en los oídos y en las manos para que todos sientan que son amados y que pueden amar.
4
Vive lleno del Divino Espíritu.
María del Tránsito fue fiel a su vocación, esta fue su gran fidelidad. Ella te anima a dejarte guiar por el Espíritu de Jesús y recibir toda la gracia que necesitas para llevar a cabo tu misión. Jesús te regala su Espíritu que irá modelando en ti, desde adentro, el hombre y la mujer nueva. Acuérdate que en el bautismo Dios te hizo Casa Suya, no dejes que otros dioses ocupen su territorio.
5
Encomienda todo a la Virgen.
María del Tránsito sabía que la Virgen así como guardaba en su corazón todas las cosas de su Hijo guarda también todo lo que le entregamos con amor y confianza. Y de verdad, no hay lugar más seguro en el mundo. Era tan grande su seguridad en la Virgen que dejó escrito un valioso secreto: "Ella te ha de alcanzar todas las gracias que necesites y las virtudes que te falten".
6
Busca la unidad que solamente nace de un corazón humilde.
María del Tránsito descubrió que ser hermana es sobre todo ubicarse como la menor de todos y convivir en una actitud de entrega buscando más comprender que ser comprendida, más consolar que ser consolada y deseando amar más que ser amada. Por eso con gran satisfacción decía a sus hermanas: "Cuando nos comunicamos yo creo que le agradamos a Dios". Este sí que es todo un desafío: cultivar la alegría, la humildad, la sencillez y la confianza evitando toda envidia y espíritu competitivo.
7
Ahora que tienes tiempo, obra el bien.
"¡No pierdan el tiempo tan precioso que Dios nos ha concedido…!", dice María del Tránsito. Siempre tenemos tiempo para aquello que queremos de verdad. Quien ha entrado en el camino de la santidad, se ha convertido en un sembrador incondicional de la paz y del bien con la vida y con la palabra en el ambiente donde esté.
8
Bendice al Señor de corazón por todo.
María del Tránsito decía que hay que ser muy positivos y sinceros en todas las obras, palabras y pensamientos. La alegría interior, la gratitud en todo lo que nos toca vivir es fuente de paz y sanación del corazón.
9
Promueve obras de caridad y misericordia.
María del Tránsito siempre salió al encuentro de los necesitados. Recorrió largas distancias para visitar humildes ranchos donde ofrecía ayuda material, consuelo, amor, alegría y el mensaje de Cristo. Ante el hermano necesitado nos repite como a sus religiosas: "Cuídalo todo lo posible", porque a través de los pobres, Jesús nos pregunta ¿Qué harás tú por mí?.
10
Comunica el precioso contingente de la fe.
María del Tránsito, llena de humildad y paciencia, supo comunicar a Jesús a quienes se le acercaban y se hizo eco del mandato de Jesús de llevar la fe más allá de las fronteras fundando una Congregación Misionera. Solamente los que han vivido una experiencia personal y profunda del amor de Dios sienten esta necesidad. Nuestro mundo necesita testigos de la fe, de la esperanza y de la caridad.
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